FINAL DE UEFA CHAMPIONS LEAGUE 2020: DONDE LO PSICOLÓGICO TUVO CABIDA
Se terminó la UEFA Champions League, donde hubo dos finalistas de lujo, El Bayern de Múnich y el París Saint-Germain. Cada uno con talento individual y colectivo a su favor. Lógicamente esto tiene que ver con una preparación que debe ser entrenada, que es la preparación psicológica. Dicha preparación es definida como un proceso donde se desarrollan un conjunto de habilidades psicológicas que garantizan la actuación asertiva en condiciones extremas del entrenamiento y la competencia, con el objetivo de tener estado óptimo de disposición.
Una final que se jugó en tiempos de pandemia del COVID-19, con gradas, plateas y palcos vacíos. No obstante, un factor que favorece a la psiquis fue el hecho de tener los sonidos de los hinchas en el estadio a través de los parlantes, reproducidos por sonidistas.
En este partido, se evidenció el poder de la preparación psíquica, desde el inicio del mismo. Un partido que desde el inicio fue de una dinámica de ida y vuelta. Esto quiere decir que psicológicamente los equipos estaban enfocados.
A pesar de que el equipo bávaro comenzó presionando en territorio del equipo parisino, se fue soltando este último a partir del minuto 18 del primer tiempo, cosa que se traduce psicológicamente en recobrar la confianza en sí mismo. Tanto fue así, que comenzó tendiendo más claras las oportunidades de gol.
A medida que avanzaba el partido, se fue viendo claramente que esa dinámica de ida y vuelta se fue haciendo cada vez más intensa, con repliegues rápidos, con contraataques sobre todo del equipo parisino, teniendo en cuenta que en ese primer tiempo los bávaros tuvieron mayor porcentaje de posesión del balón, que también tuvieron sus oportunidades de gol.
Mención especial merecen los dos porteros que fueron unos muros en las porterías.
Queda empatado el primer tiempo 0-0.
El segundo tiempo comenzó con una presión en cancha rival de parte del Bayern de Múnich. No obstante, se fueron reduciendo los espacios y se observó un partido más cortado y ambos equipos empezaban a tener un planteamiento de juego más conservador que en la primera parte. Esto se traduce en replanteamiento del pensamiento táctico.
En medio de ese segundo tiempo de reducción de espacios de juego y cortes, Bayern de Múnich marcó un gol en el minuto 59, mediante un centro de Joshua Kimmich que cabeceó Kingsley Coman. Esto evidenció el buen pensamiento táctico y la concentración de la atención de los bávaros y también la desconcentración en la defensa de los parisinos.
A partir de este punto en el partido, se observó un equipo alemán perseverante que nunca se cerró atrás. Por su parte, el equipo francés se apoyó en su velocidad, en buscar las faltas. Ambos equipos buscaron incansablemente el gol, unos para asegurar la victoria y otros para empatar y alargar el partido.
Se observó la tolerancia a la frustración. En estas instancias del fútbol, se ve un mal manejo cuando un jugador comete faltas innecesarias o cae fácilmente en las provocaciones, falla tiros que antes no fallaba. etc. Esto se evidenció en el equipo parisino, en especial cuando se vio afectada la concentración en la oportinidad que tuvo Eric Maxim Choupo-Mouting de marcar el gol del empate.
Luego de 5 minutos de tiempo de descuento luego de los 90 minutos, Bayern de Múnich se coronó campeón de la UEFA Champions League del 2020, observándose un equipo altamente cohesionado en la tarea, imponiendo el juego colectivo encima de lo individual.
Este partido nos demostró que
la preparación psicológica no garantiza el poder ganar un partido, pero cuando
dos equipos de fútbol están en igualdad de condiciones en su preparación, gana
el que mejor preparado psicológicamente esté. Acoto que también hay que dar
crédito a la preparación física, técnica, táctica y teórica.
Éxitos.
Alessandro
D’Amico.
Psicólogo
Deportivo
@psicodamico