Cuando
los científicos hablan de ciclos, están hablando de secuencia de eventos que se
repiten. Generalmente, en el área psicológica se habla de cerrar ciclos
cuando una etapa debe ser superada. Esto puede ser en el terreno de duelo por
muerte de un ser querido, un ruptura de pareja, un despido laboral, una
mudanza, una amistad rota, entre otros.
Es
importante reconocer que cuando se está en un ciclo. Un ciclo tiene tres fases:
inicio, desarrollo y cierre. A lo largo de la vida tenemos ciclos. Algunos
prefieren denominar el proceso de cerrar ciclos como “poner fin a un ciclo”, “cerrar
puertas”, “cerrar capítulos", "pasar la página", "borrón y cuenta nueva", etc. No importa el nombre. Lo que importa es dejar en
el pasado los momentos de la vida que ya terminaron.
Generalmente,
las personas pasan bastante tiempo preguntándose por qué ha sucedido algo así,
por qué razón la esas cosas que eran tan importantes en sus vidas de repente ya
no están.
No
obstante, una actitud así generará un gran desgaste para esas personas y para
los que las rodean. Todos podrían sufrir al verte paralizado.
Debemos
comprender que el pasado no volverá: no podemos por siempre ser niños,
adolescentes tardíos, hijos con sentimientos de culpa o de rencor hacia sus
padres, amantes que reviven día y noche su relación con una persona que se fue
para no volver.
Todo pasa, y lo mejor que podemos hacer es
no volver a ello. Concuerdo cuando él dice que es importante –por muy doloroso que
suene destruir
recuerdos, cambiar de casa, donar cosas a los orfanatos, vender o dar nuestros
libros. Todo en este mundo visible es una manifestación del mundo invisible, de
lo que sucede en nuestro corazón. Deshacerse de ciertos recuerdos significa también
dejar libre un espacio para que otras cosas ocupen su lugar.
Dejar
para siempre. Soltar. Desprenderse. Nadie en esta vida juega con cartas
marcadas. Por ello, unas veces ganamos y otras, perdemos. No esperemos que te
devuelvan lo que has dado, no esperes que reconozcan tu esfuerzo, que descubran
nuestro genio, que entiendan nuestro amor
Recordemos que hubo una época en que podíamos vivir sin
aquello, sin aquella persona, que no hay nada insustituible, que un hábito no
es una necesidad. Puede parecer obvio, puede que sea difícil, pero es muy
importante.
Cerrar ciclos. No por
orgullo, ni por incapacidad, ni por soberbia, sino porque, sencillamente,
aquello ya no encaja en tu vida. Cierra la puerta, cambia el CD, limpia la
casa, sacude el polvo, etc.