LA PSICOLOGÍA DEPORTIVA Y LAS LESIONES (I)
El aumento de la participación en los deportes y en la actividad física es acompañado por el aumento concomitante del número de lesiones. Esas lesiones traen consecuencias negativas para la salud del atleta, perjudican su entrenamiento y su desempeño. Además de la salud física, la salud y el bienestar psicológicos del deportista también son comprometidos. Ansiedad depresión, miedo frustración, impaciencia y el no deseo de seguir un programa de rehabilitación caracteriza ese compromiso.
Cuando un atleta sufre una lesión, debe pasar por un proceso de curación física. No obstante, también deben tener en cuenta las consecuencias psicológicas de dicha lesión. Dichas consecuencias son la pérdida de la confianza, el miedo y otras emociones negativas.
Educar al atleta sobre las lesiones y la rehabilitación, la puesta de metas el apoyo social y el uso de la habilidad mental son los fundamentos de la psicología de las lesiones deportivas. Esta psicología tiene como objetivos limitar los sufrimientos y pérdidas asociadas a la lesión y garantizar buenas condiciones psicológicas para el retorno al deporte.
Debido a que las destrezas utilizadas en la recuperación imitan a aquellas destrezas utilizadas en el campo deportivo, el atleta que aprende a transferir estas destrezas a la rehabilitación se recupera de manera más efectiva. Un pequeño grupo de atletas se destaca en la rehabilitación de tal forma que demuestran una recuperación extraordinaria y exceden sus niveles previos de rendimiento competitivo.
Uno de los modelos más aceptados que explican cómo un atleta reacciona a una lesión es el modelo de la psiquiatra suizo-estadounidense Elizabeth Kübler Ross de las etapas del duelo. Dichas etapas son:
1) Negación
2) Rabia
3) Transacción o negociación
4) Depresión
5) Aceptación y reorganización
A continuación, se explican dichas fases. Después de sufrir una lesión, el atleta entre en fase de negación. Entra en estado de shock. No acredita que la lesión pueda haber acontecido con él y tiende a negar la importancia.
Después, entran en la visualización de la situación, en un estado de rabia. Aquí el deportista se puede tornar agresivo con las personas a su alrededor.
Luego, entran a la fase de transición. Aquí el atleta parece querer negociar consigo mismo en la tentativa de recuperarse más rápido. Él pasa a racionalizar, pensar, proponer situaciones en la tentativa de evitar la realidad de la situación. Por un momento, él puede prometer a sí mismo entrenar más fuerte o ser gentil con las personas a su alrededor, en caso de que se recupere más rápido.
Al tomar conciencia de la falta de posibilidad en la participación en el deporte, él pasa por un período de depresión e incertidumbre sobre su futuro en el deporte.
Por último, sigue la fase de aceptación, en la que el atleta acepta la lesión y retorno a la actividad.
La mayoría de los deportistas pasan por las cinco fases. Con todo lo mencionado anteriormente, la velocidad y facilidad para la transición entre ellas varían de una persona a otra; podrían durar días hasta meses.
Una lesión conlleva a sentir dolor. El dolor es definido por la Asociación Internacional para el Estudio del Dolor como una experiencia sensorial y emocionalmente desagradable asociada con la parcial o total amenaza de daños de tejidos. El dolor es producto de procesos sensoriales, de interpretaciones de lo que significa el dolor, emociones en respuesta a esta interpretación, conductas reactivas de afrontamiento y las influencias sociales que moldean la expresión consecuente del dolor.
La siguiente es una guía utilizada por la asociación mencionada anteriormente para el manejo del dolor en el ámbito deportivo:
Pautas para el manejo del dolor
-Sólo el atleta conoce su dolor. No asuma que conoce lo que el atleta está sintiendo.
-Recuerde que el dolor es una experiencia con contenido sensorial y emocional. Ayude al atleta a tratar con ambos contenidos. Evite pensar y describir el dolor como si estuviera en el cuerpo o en la cabeza. Esto conlleva a la incomprensión y a la desconfianza.
-Entienda la diferencia entre el dolor de rehabilitación de rutina y el dolor peligroso. Comparta este conocimiento con el atleta cuidadosamente y con una clara comprensión de los límites de su propio conocimiento.
-Busque que el atleta consulte con un médico especialista cuando el dolor es persistente o perturba el rendimiento por cualquier razón.
-Evite responder a quejas de dolor fomentando al atleta a ser “duro”. En cambio, enseñe al atleta a afrontar el dolor. .Luego recompense tanto la resistencia o dureza y la habilidad.
-Esté consciente de que algunos atletas intentarán enmascarar el dolor si ellos sienten que no es aceptable expresarlo. Si es necesario, pregúntele al atleta acerca del dolor y luego escuche atentamente a la respuesta.
-Para algunos atletas, el dolor persistente y las lesiones recurrentes podrían coincidir con una pérdida de entusiasmo por el deporte. Si es necesario, ayúdelos a encontrar una forma digna de salir de la situación.
-Distintos tipos de dolores presentan distintos retos para el atleta. Esté preparado para ayudar al atleta a encarar estos retos a medida que ocurran.
-Cuando el dolor tiene señales de miedo a volver a lesionarse, el atleta tendrá dificultad de cumplir con la rehabilitación o de dar el 100% para retornar a la actividad. Sea paciente y comprensivo y proporciónele ánimo y estímulo.
Vista estas pautas, se puede observar que es necesario apoyar de manera asertiva a un atleta en recuperación. Debemos entender que estamos tratando con un ser humano; no con una máquina.
Los procesos de recuperación jamás ocurren de la noche a la mañana. Como todo proceso en el ámbito humano, la recuperación requiere de tiempo. Y dicho tiempo requiere, a su vez, de disponibilidad y compromiso de parte del atleta, del entrenado, del cuerpo técnico y hasta de los organismos rectores del deporte. Es allí donde se aplica la psicología juega un rol importante.
Éxitos.
Alessandro D’Amico.
Psicólogo Deportivo, Psicodramatista, Coach PNL
@alessdamico
Fuentes consultadas:
O'Connor, E., Heil, J., Harmer, P., Zimmerman, I. (2005). Injury. In Taylor, J. and Wilson, G. (Eds.). Applying Sport Psychology. Champaign, United States of America: Human Kinetics.
-Samulski, D. y Cámara Acevedo, D. (2006). Psicología aplicada a las lesiones deportivas. En Samulski, D. (Ed.). Psicología del deporte. Manual para Educación Física, Psicología y Fisioterapia. Volúmenes 1 y 2. Armenia, Colombia: Kinesis.