viernes, 20 de noviembre de 2015

EL OCIO COMO PARTE DE NUESTRA VIDA (I)

Vivimos en un mundo que es cada vez más competitivo. Pareciera importar qué tan aptos somos para un determinado puesto de trabajo, para estudiar en un instituto y cuán estresados vivimos producto del “trabajo duro”. Nos estamos convirtiendo cada vez más en autómatas. Pareciera que no le estamos dando la importancia que merece el tiempo de ocio, que bastante que nos hace falta aprovecharlo.
Pero, ¿qué es el ocio? Basado en la información de la página web http://rferrari.wordpress.com/2008/02/27/percepcion-del-ocio-distintos-aportes-teoricos/, en psicología social se define el ocio como aquella parte del tiempo fuera de la jornada laboral, dedicado a actividades que no tienen relación con el trabajo, tales como: el descanso, la recreación u otras concebidas libremente por el sujeto. Si leemos la definición, observamos que este tiempo no tiene nada que ver con el tiempo invertido en el trabajo. Se debe agregar que tampoco tiene que ver con el tiempo que le dedicamos al estudio en nuestras instituciones o en otros lugares. Es el tiempo libre. Es nuestro tiempo de cultivarnos, de renovarnos, de relajarnos, en fin, de hacer aquello que no podríamos hacer en espacios laborables, o que representen una carga pesada para nosotros.
El ocio se entiende también como todo comportamiento, algo que tiene lugar durante el tiempo libre y que no importa tanto lo que se haga sino cómo se haga. Es una manera de utilizar el tiempo libre mediante una ocupación libremente elegida y realizada, cuyo mismo desarrollo resulta satisfactorio o placentero para la persona.
Conociendo esto, podríamos preguntarnos, ¿pasamos nuestro tiempo libre de manera sensata? Siguiendo contenidos vistos en la página web antes mencionada, encontramos que se han realizado estudios desde varias teorías y enfoques sobre este fenómeno. ¿Cuáles son los resultados? Que para las personas en las sociedad contemporánea es más difícil disfrutar del tiempo libre que del tiempo en el trabajo. Esto lo observamos en personas que se enferman súbitamente durante el período vacacional o que les genera estrés situaciones que se suponen que son de placer como las fiestas, ver una película, ir al teatro, ir a un concierto y las vacaciones. ¿Será que estamos mal preparados para estar ociosos?
La mayoría de las personas que no saben utilizar de forma sensata su tiempo de ocio, suelen perder la motivación y la concentración. Sus pensamientos comienzan a errar y suelen desencadenar estados ansiosos al centrarse en problemas no resueltos. Sus estrategias de evitación más frecuentes están en la línea de buscar fuentes externas que reduzcan esos estados ansiosos: pasar mucho tiempo frente a la computadora, a la televisión, videojuegos en exceso, juegos de azar, relaciones sexuales ocasionales o consumo de drogas ilícitas o lícitas.
Autores como Dattilo y Kleber (1993), proponen un modelo donde hay una asociación entre la autodeterminación y disfrute, que nos puede ayudar con nuestro tiempo de ocio. La autodeterminación es actuar como agente causal en la propia vida para decidir libremente lejos de interferencias externas.
Planificar el tiempo libre es crear las circunstancias para el disfrute. La percepción de libertad para elegir está incluida en la autodeterminación en el ocio. Autores como Mihály Csikzentmihalyi –psicólogo húngaro- hablan del tiempo de ocio de una manera que refleja un alto nivel de implicación psicológica. Una actividad determinada genera disfrute cuando demanda una atención sostenida y produce una respuesta afectiva de placer.
Esta actividad reúne los elementos que señalan los autores antes mencionados (Dattilo y Kleber, 1993; Csikszentmihalyi, 1990, 1997):

-Autodeterminación: Manifestada en la capacidad de elegir
-Motivación intrínseca: Manifestada en el interés, activación y relajación. La motivación intrínseca  no depende de ningún nivel especial de capacidad o habilidad. Por lo tanto cualquiera puede tener interés, activarse o relajarse
-Percepción de un reto manejable: Manifestada en la acción y la conciencia de movimiento. Esto genera el flow (en español, flujo) (Csikszentmihaly, 1990)
-Concentración: Prestamos una atención plena y organizada cuando los objetivos son claros y hay un equilibrio entre retos y habilidades.
-Disfrute: La actividad puede ser tan atractiva que uno se concentra en ella  hasta perder la idea del tiempo.
-Mejorías físicas, cognitivas, emocionales, sociales.

            Está en nosotros, queridos lectores, buscar la forma en qué manejamos nuestro tiempo de ocio. Dicho tiempo es tan preciado como el tiempo que no es de ocio. Esto es así, porque el tiempo de ocio usado de manera sensata nos ayudará a desarrollar todo nuestro potencial como seres humanos. Éxito.

Alessandro D’Amico.
Psicólogo.

@alessdamico