Muchas
veces escuchamos o leemos frases como “soy humanista”, “este sistema es
humanista”, etc. Pero, ¿de dónde viene? Proviene del “Humanismo”. El humanismo
surgió como una propuesta alternativa a los paradigmas dominantes en psicología
en los años cincuenta del siglo veinte, que eran el conductismo y el
psicoanálisis. Para el humanismo, el individuo no es pasivo. Éste es como un
todo que está en continua interacción en el ambiente. El centro está en la
potencialidad del individuo y en lo que éste puede hacer. Entre sus influencias
principales encontramos a Franz Brentano, cuando propuso estudiar
psicológicamente la conciencia como acto intencional. También tenemos a Oswald
Krüpe decía que no toda la experiencia consciente puede reducirse a formas
elementales o explicarse en términos de contenido, proponiendo un centramiento
en la conciencia y el individuo total. Otras figuras como Horney, Fromm y
Ericsson, Jung y Adler, influyeron en el humanismo en cuanto a la importancia
de los eventos biológicos, pasados e inconscientes en cuanto a la importancia
de los eventos biológicos, pasados e inconscientes en la configuración de la
personalidad. A su vez, Otto Rank influyó por su enfoque no directivo de la
psicoterapia y su reconocimiento del potencial creativo humano.
Hay dos tipos de influencia en este
movimiento: una, de carácter positivo, supone la aceptación de ideas
importantes, como las de la psicología
de la Gestalt, la fenomenología, el existencialismo, la psicología
comprensiva y la teoría de la personalidad; la otra, negativa, como la del
conductismo de Skinner y el psicoanálisis freudiano, es frente a la que se
reacciona.
El surgimiento del humanismo, mejor
dicho, el zeitgeist que marca su aparición enlaza con el malestar experimentado
por jóvenes y otras capas sociales frente a la maquinización y el materialismo
que acaban por deshumanizar la sociedad de este tiempo. En tal situación,
numerosos individuos de franjas significativas de la población se cuestionan
valores tradicionales como el éxito a toda costa, el dominio imperialista de
unos países sobre otros y la expansión económica que pone en peligro el
equilibrio ecológico del planeta. Este enfoque confluye con la búsqueda de
nuevos horizontes y principios políticos y éticos más aceptables. Tiene
condición de movimiento filosófico y socio-cultural, más que de estricta
escuela científica. Los psicólogos humanistas sintonizaron con importantes
grupos de jóvenes y estudiantes que buscaban una sociedad no burocrática y no
tecnocrática y que reaccionaban contra el conductismo, en el que veían la
plasmación psicológica de esos valores denostados. El humanismo puede verse así
como una respuesta filosófico-científica ante una sociedad en profunda crisis
social, cultural e ideológica que encuentra sus antecedentes en corrientes
determinadas de la filosofía y la psicología.
Por último, el humanismo puede ser
definido como la tercera rama principal del campo general de la psicología, y
en cuanto tal se ocupa primariamente de aquellas capacidades y potencialidades
humanas que tienen poco o ningún sitio sistemático, ya sea en la teoría
positivista o conductista, ya sea en la teoría psicoanalítica clásica, por
ejemplo, el amor, la creatividad, el sí mismo, el crecimiento, el organismo, la
gratificación básica de la necesidad, la autoactualización, los valores
superiores, el ser, el llegar a ser, la espontaneidad; el juego, el humor, la
afectividad, la naturalidad, el calor, la trascendencia del yo, la objetividad,
la autonomía, la responsabilidad, la significación, el juego limpio, la
experiencia trascendental, la salud psicológica y conceptos afines.
Alessandro D’Amico
Psicólogo
@alessdamico
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