martes, 9 de junio de 2015

HUMANISMO EN PSICOLOGÍA


Muchas veces escuchamos o leemos frases como “soy humanista”, “este sistema es humanista”, etc. Pero, ¿de dónde viene? Proviene del “Humanismo”. El humanismo surgió como una propuesta alternativa a los paradigmas dominantes en psicología en los años cincuenta del siglo veinte, que eran el conductismo y el psicoanálisis. Para el humanismo, el individuo no es pasivo. Éste es como un todo que está en continua interacción en el ambiente. El centro está en la potencialidad del individuo y en lo que éste puede hacer. Entre sus influencias principales encontramos a Franz Brentano, cuando propuso estudiar psicológicamente la conciencia como acto intencional. También tenemos a Oswald Krüpe decía que no toda la experiencia consciente puede reducirse a formas elementales o explicarse en términos de contenido, proponiendo un centramiento en la conciencia y el individuo total. Otras figuras como Horney, Fromm y Ericsson, Jung y Adler, influyeron en el humanismo en cuanto a la importancia de los eventos biológicos, pasados e inconscientes en cuanto a la importancia de los eventos biológicos, pasados e inconscientes en la configuración de la personalidad. A su vez, Otto Rank influyó por su enfoque no directivo de la psicoterapia y su reconocimiento del potencial creativo humano.
            Hay dos tipos de influencia en este movimiento: una, de carácter positivo, supone la aceptación de ideas importantes, como las de la psicología  de la Gestalt, la fenomenología, el existencialismo, la psicología comprensiva y la teoría de la personalidad; la otra, negativa, como la del conductismo de Skinner y el psicoanálisis freudiano, es frente a la que se reacciona.
          El surgimiento del humanismo, mejor dicho, el zeitgeist que marca su aparición enlaza con el malestar experimentado por jóvenes y otras capas sociales frente a la maquinización y el materialismo que acaban por deshumanizar la sociedad de este tiempo. En tal situación, numerosos individuos de franjas significativas de la población se cuestionan valores tradicionales como el éxito a toda costa, el dominio imperialista de unos países sobre otros y la expansión económica que pone en peligro el equilibrio ecológico del planeta. Este enfoque confluye con la búsqueda de nuevos horizontes y principios políticos y éticos más aceptables. Tiene condición de movimiento filosófico y socio-cultural, más que de estricta escuela científica. Los psicólogos humanistas sintonizaron con importantes grupos de jóvenes y estudiantes que buscaban una sociedad no burocrática y no tecnocrática y que reaccionaban contra el conductismo, en el que veían la plasmación psicológica de esos valores denostados. El humanismo puede verse así como una respuesta filosófico-científica ante una sociedad en profunda crisis social, cultural e ideológica que encuentra sus antecedentes en corrientes determinadas de la filosofía y la psicología.
            Por último, el humanismo puede ser definido como la tercera rama principal del campo general de la psicología, y en cuanto tal se ocupa primariamente de aquellas capacidades y potencialidades humanas que tienen poco o ningún sitio sistemático, ya sea en la teoría positivista o conductista, ya sea en la teoría psicoanalítica clásica, por ejemplo, el amor, la creatividad, el sí mismo, el crecimiento, el organismo, la gratificación básica de la necesidad, la autoactualización, los valores superiores, el ser, el llegar a ser, la espontaneidad; el juego, el humor, la afectividad, la naturalidad, el calor, la trascendencia del yo, la objetividad, la autonomía, la responsabilidad, la significación, el juego limpio, la experiencia trascendental, la salud psicológica y conceptos afines.

Alessandro D’Amico 
Psicólogo
@alessdamico

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