lunes, 30 de marzo de 2015

COHESIÓN DE EQUIPO (II)

           La semana pasada hablamos sobre la cohesión como elemento que debe prevalecer para que un equipo sea exitoso. Se mencionaron factores a tomar en cuenta en el trabajo psicológico que implica la cohesión del equipo. A continuación se menciona un factor más, que no debe ser ignorado: el entrenador como catalizador, tomando como referencia el libro “Applying Sport Psychology” (en español “Aplicando la psicología del deporte”), compilado por Jim Taylor y Gregory Wilson. De acuerdo con Vernacchia, McGuire y Cook, el entrenador es el que define, moldea y provee la experiencia deportiva a los miembros del equipo.

          El entrenador asume el rol de ingeniero ambiental del equipo diseñando y moldeando el ambiente dentro del cual los atletas y el equipo viven, entrenan y compiten. El entrenador determina qué va en el ambiente y qué es aceptable dentro de dicho ambiente. La influencia del entrenador sobre el ambiente del equipo incluye determinar y modelar los valores, las actitudes y conductas que son aceptadas y fomentadas (por ejemplo apoyo mutuo, trabajo duro, comunicación) así como también aquellas que no son aceptadas (por ejemplo, llegar tarde, egoísmo, conflicto).

          Con esto, los entrenadores deben darse cuenta de que no pueden forzar un grupo de atletas a convertirse en un equipo cohesionado. Los entrenadores no tienen poder sobre cómo los atletas piensan, sienten, se comportan o interactúan los unos con los otros. Las amenazas y los castigos pueden producir una adhesión temporal a una ética de equipo. Pero, como todos sabemos, estamos en un país donde muchos entrenadores abusan de amenazas y castigos. Esto puede hacer que de manera consistente los miembros del equipo reaccionen con ira y rebeldía.

        Viendo que se carece del poder para forzar a los atletas a aceptar una cultura de equipo, los entrenadores deben confiar en su habilidad para influir en sus atletas y convencerlos del valor de convertirse en un equipo. Esta influencia es lograda por lo que los entrenadores dicen, por cómo se comportan y su calidad de las relaciones que construyen con los atletas. Este impacto es complementado por la habilidad del entrenador de influir en otras personas significativas que pueden influir en los atletas, por ejemplo, padres, compañeros, amigos, conyugue, otros entrenadores, etc.

          El rol del entrenador involucra cuidar y guiar a los atletas para ver el valor de crear un equipo cohesionado. Este rol requiere que los entrenadores se comuniquen de manera directa, clara y consistente los valores, las actitudes, y las conductas que son necesarias para construir un equipo unificado.

         Por último, el trabajo del entrenador es vender el equipo a cada uno de sus miembros, de manera que cada uno de ellos sienta posesión y compromiso con el equipo. Cuando esta conexión es establecida, los miembros del equipo pondrán las necesidades del equipo por encima de las suyas y trabajaran juntos para alcanzar las metas del equipo.

       Habiendo visto estas consideraciones, se hace un llamado a la reflexión. Compartir estas líneas sobre la cohesión de equipo es para que conozcamos más sobre qué hay detrás de esos equipos que vienen de menos a más, o de aquellos que se ven como campeones a simple vista. Quizás las personas involucradas en el deporte se animen con esto a prestar más atención a sus equipos y a comprender que el trabajo psicológico en los deportes de equipo y en la vida misma si tiene su fruto.

       Estas ideas antes mencionadas, también funcionan con equipos no deportivos.




Alessandro D’Amico
@alessdamico

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