La
semana pasada comentaba sobre el tema de la inseguridad ciudadana como trauma
psicosocial. Nos habíamos detenido en la definición de “trauma psicosocial”.
Para darle continuidad al tema, hablemos de lo que caracteriza un trauma
psicosocial. ¿Qué caracteriza a un trauma
psicosocial? Los siguientes aspectos:
-Que
la herida que afecta a las personas ha sido producida socialmente, es decir,
que sus raíces no se encuentran en el individuo, sino en su sociedad.
-Que
su misma naturaleza se alimenta y mantiene en la relación entre el individuo y
la sociedad, a través de diversas mediaciones institucionales, grupales e
incluso individuales. Lo cual tiene obvias e importantes consecuencias a la
hora de determinar qué debe hacerse para superar estos traumas.
El problema de la inseguridad
ciudadana cumple con lo antes descrito del trauma psicosocial, causando los
efectos de apatía, culpabilización, miedo, terror e incluso inmovilización e
indefensión en las personas, tanto como para naturalizar el problema.
Pareciera que uno de los abordajes que
tendría la psicología sería la desideologización a través de talleres donde se
fomente el ser crítico y la problematización del tema que estamos tratando,
para construir una solución que nos satisfaga a todos, que forma parte del
enfoque psicosocial. El enfoque psicosocial trabaja con la parte
psico-individual de la persona y lo social inherente a esta persona. Allí
radica su relevancia para responder a las demandas del trabajo con violaciones
de Derechos Humanos, como el derecho a la vida y a la libertad.
Finalmente, a su vez se hacen
necesarios unos primeros auxilios psicológicos, que caracterizarían la atención
psicológica en los contextos de violaciones de Derechos Humanos. Estos serían:
-Escucha
activa: Es importante hacer gestos auténticos al escuchar al afectado(a). Es
más importante escuchar con el corazón que con los oídos.
-Empatía:
Colocarse en los zapatos de quien está siendo atendido.
-La
catarsis: Dejar que la persona expreses sus emociones, sin tanto control.
-Contención:
Saber cuando contener al afectado, a través de la escucha activa, y el
fortalecimiento de sus capacidades, con el fin de que la persona ejerza un
equilibrio en su vida, sobre todo en sus interacciones.
-Reinserción:
A través de la asignación de poco a poco retomar las riendas de su vida, el
afectado, debe hacérsele un acompañamiento a su reinserción en la sociedad,
redefiniendo su rol y su bienestar.
Alessandro D’Amico
Psicólogo
@alessdamico
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