martes, 21 de julio de 2015

¿ES TAN MALO EL FRACASO COMO LO PINTAN?


       Muchas veces nos encontramos en situaciones de la vida donde nos provoca rendirnos. Se presentan situaciones donde sentimos que no hemos triunfado sino fracasados. Muchas veces, nosotros los seres humanos, pensamos que si fracasamos no somos nadie, porque  las personas no toman en cuenta a los que fracasan. Pero, resulta que las cosas a veces no son lo que parecen. Vivir el fracaso puede convertirse en una experiencia de recuperación increíble. Basándome en experiencias laborales, académicas y personales, escribo el tema la columna de hoy. A su vez, me baso en el texto de Walter Dresel “Toma un café contigo mismo”, que habla con mucha experticia del tema.
      Hay que entender que siempre habrá probabilidad de fracasar o de no fracasar mientras vivamos. Concuerdo con que el fracaso nos torna más humildes, más reflexivos y más permeables a escuchar a quienes tienen más sabiduría que nosotros. Algunas veces eso no pasa de forma inmediata con algunas personas, pero siempre la mayoría termina aprendiendo de las personas con más sabidurías.
          A todas estas, ¿qué es el fracaso? Dresel menciona que el fracaso es un suceso que templa el alma y el espíritu, y nos va fortaleciendo para ayudarnos a enfrentar nuevamente la vida, con un aire renovador que nos estimule a lograr nuestros objetivos.      
Generalmente, cuando existe un fracaso, emitimos un juicio de valor sobre el hecho. No solemos evaluar objetivamente la situación. Es necesario establecer una diferencia clara entre la situación tal cual es y el juicio de valor. Dresel menciona que existen los fracasos explícitos visibles que cualquier persona puede apreciar y que representan consecuencias lógicas de situaciones a las que nos vemos sometidos en el libre juego de la vida. Perder un trabajo o no poder alcanzar las metas que nos hemos propuesto son escenas que estarían enmarcadas dentro de este concepto.

            Pero, por otro lado existen los fracasos que no se ven desde el exterior, sino que se viven en el interior mismo de cada uno de nosotros y que reflejan su profunda decepción respecto de lo que nos está tocando vivir.  Sea cual sea el fracaso, todas las formas del mismo representan un sentimiento de pérdida. El fracaso vulnera severamente nuestra autoestima, pues rápidamente confundimos el hecho en sí mismo con nuestra capacidad de respuesta y con nuestros merecimientos, referentes al derecho al bienestar y a vivir de acuerdo con nuestros principios. Es importante que en los duros momentos que nos tocan vivir extraigamos de ellos una enseñanza que nos haga crecer y madurar. Para esto es necesario desarrollar la tolerancia a la frustración. Tolerar la frustración significa ante todo que somos humanos y que, por lo tanto, podemos ganar o perder. Pero eso no necesariamente debe afectar nuestra autoestima, que es nuestro patrimonio más importante. No es necesario vivir obsesionados por la creencia de que si no logramos siempre el primer lugar somos indignos de nosotros mismos.
            Como dice Dresel, esto no significa que cuando las cosas no salen como nosotros deseamos debemos darnos otra oportunidad, confiando en nuestra capacidad para superarnos, y aprender a aceptar que no siempre podemos dar cumplimiento a lo que aspiramos. Esto es así porque a veces se interponen circunstancias que no pueden ser manejadas por nuestra voluntad.
            Aunque nos duela, los fracasos tienen su importancia. Nos ayudan a conocernos como individuos. Conocernos realmente como individuos y corregir los errores que hayamos cometido, intentando de nuevo las cosas con un pensamiento fresco y con alegría vivir, es lo que nos ayuda a superar el fracaso.
            ¿Por qué los fracasos tienen su importancia? Como menciona Dresel,  tienen su importancia porque nos demuestran a nosotros mismos que sobreviviremos a la furia de los vientos huracanados en nuestro interior y que hemos de emerger de estos fortalecidos. También son importantes para enfrentar las inevitables situaciones a las que la vida nos ha de exponer en un futuro cercano o lejano. El fracaso nos obliga a reflexionar sobre las opciones que tenemos cuando analizamos nuestro futuro. La manera en que cada uno de nosotros, como seres humanos, valore los acontecimientos va a definir en el futuro cuál va a ser nuestro manejo de la situación. Es importante tener en claro que no son los hechos en sí mismos lo que más importa, sino en qué momento nos suceden, y cómo estamos equipados espiritualmente para enfrentarlos del modo adecuado, como diría Dresel.

            Finalizo cito casos famosos: 1) Albert Einstein fue una persona que cuando era joven sus superiores le decían que no tendría éxito en la ciencia, ya que lo diagnosticaron con retardo mental; 2) A John Lennon le dijeron que no triunfaría cantando con su guitarra; 3) A Michael Jordan no lo aceptaron en su primer equipo de baloncesto por supuestamente tener una baja estatura. 

Albert Einstein
John Lennon

Michael Jordan

           ¿Qué tienen en común estos tres casos? Que lograron el éxito, gracias a que se fortalecieron en el fracaso. Si ellos pudieron, todos nosotros podemos. Éxito.

Alessandro D’Amico
Psicólogo y Coach con formación en Psicodrama
@alessdamico

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