lunes, 10 de agosto de 2015

EL PODER DE LAS EMOCIONES

          Cada día solemos actuar de acuerdo con las circunstancias. Se nos presentan diversos estímulos a los cuales reaccionamos está dirigida desde una emoción.
            ¿Qué es una emoción? Podríamos definirla, según Deci, como una reacción a un estímulo. Esto involucra cambio en las vísceras y en la musculatura de una persona.
            Esto es experimentado subjetivamente en maneras específicas a través de cambios faciales y tendencias de acción, las cuales pueden energizar conductas subsecuentes.
            A su vez, Kleinginna y Kleinginna definen la emoción como un conjunto complejo de interacciones entre factores objetivos y subjetivos, mediados por sistemas neurales u hormonales, los cuales pueden:

a)   Dar aumento a las experiencias afectivas tales como los sentimientos de activación, placer/displacer;
b)   Generar procesos cognoscitivos;
c)     Activar ajustes fisiológicos ampliamente conocidos a las condiciones en aumento;
d)   Conducir a conducta que es a menudo, pero no siempre, expresiva, dirigida a una meta y adaptativa.

            Esto quiere decir, que las emociones son necesarias para la vida. ¿Quién las regula en nosotros? Las regula la amígdala, la cual es una estructura muy pequeña, ubicada en el lóbulo temporal de nuestro cerebro. Cuando a una persona le extirpan la amígdala, está carente de emociones.

            ¿Qué funciones ejercen las emociones? Las emociones ejercen dos funciones básicas:

a)   La función de orientar, organizar y controlar las acciones;
b)   La función energética y de activación.

Las emociones básicas son el miedo, la alegría, la tristeza y la ira. Las dos primeras son positivas y las segundas son negativas. De estas emociones se derivan las más complejas como la frustración, la rabia, la felicidad, la dicha, el orgullo, la decepción y
Fredickson describe las emociones positivas como marcadores del funcionamiento óptimo y argumenta que cultivar las emociones positivas es una manera de promover crecimiento psicológico y salud física. Por el contrario, las emociones negativas tendrían un efecto contrario.
La misma autora propone que las emociones positivas amplían los repertorios pensamiento-acción de las personas y construyen recursos personales perdurables. Las emociones negativas restringen las opciones –son de pelea o huída. Las emociones positivas no provocan una respuesta específica; muchas acciones son posibles y atractivas.
En todos los ámbitos debemos tomar en cuenta las emociones. En el ámbito empresarial, son claves para que seamos productivos en el trabajo. En el área deportiva, son necesarias para alcanzar el máximo rendimiento y la victoria en las competencias. En la familia, son claves para llevar una vida pacífica, con herramientas para la resolución de conflictos y la armonía del hogar. En la escuela, un docente es un modelo a seguir que debe canalizar las emociones propias y las de sus estudiantes. Y así sucesivamente en otros ámbitos debemos tomar en cuenta las emociones.
            Nosotros como seres humanos, necesitamos reconocer las emociones, darnos cuenta de cuáles emociones influyen en nuestro resultado positiva o negativamente. Y luego debemos aprender cómo afrontar estas emociones.
            Mientras más se intenten reducir las emociones negativas, estas se vuelven más fuertes. Es mejor no pelear con ellas, sino más bien aceptarlas, afrontarlas y convertirlas en emociones positivas.
            Para ser mejores ciudadanos, debemos canalizar nuestras emociones. Por no canalizarlas ocurren las tragedias humanas como atracos, maldades y otras conductas consideradas al margen de la ley.
            En los momentos de estrés, debemos respirar profundo, para poder vivir nuestra vida de manera plena y feliz.
            El éxito de ser mejores personas, queridos lectores, radica en el control de las emociones y su adecuada canalización. ¿Cómo se canalizan? No sólo respirando profundo, sino utilizando el humor como mediador de los conflictos y evaluar las circunstancias del ambiente que nos rodea. Éxito.
Alessandro D’Amico.

Psicólogo y Coach con Formación en Psicodrama 
@alessdamico

No hay comentarios.:

Publicar un comentario